domingo, 16 de marzo de 2008

Testimonio de Fiscal

Con este sencillo artículo sólo pretendo rendir un pequeño y sincero agradecimiento a todas aquellas personas que han prestado su ayuda para que mi labor como fiscal, durante esta etapa, fuera de una manera más fácil, contribuyendo a que esta Hermandad pudiera salir en su desfile procesional de la forma más digna y honrosa posible.

También me gustaría contar de una forma breve cuales han sido mis experiencias en los distintos años. Recuerdo que el primer año, la noche del desfile, cuando estaba en la Iglesia y me encontré con todos los nazarenos, fue un momento muy emotivo cuando me dirigí por primera vez a los penitentes. Después, durante el desfile procesional, me di verdadera cuenta de la importancia que tenía el recorrido penitencial, cuando hubo que afrontar las primeras vicisitudes.

Otro de los hechos que recuerdo con más cariño, es el apoyo y las ganas de colaborar que la juventud de esta Hermandad siempre ha demostrado. Una de las pretensiones que siempre he tenido era la de ilusionar a la juventud para que en un futuro no muy lejano ellos continúen la labor que nosotros hacemos. Mi recompensa ha sido, poder ver como la mayoría de ellos estaban conmigo sólo unos años porque rápidamente pasaban a ser hermanos horquilleros, cosa que por un lado me llenaba de satisfacción, por ver que sentían a nuestra Virgen y que por otro, egoístamente, me abandonaban unos tras otros, teniendo que reorganizarlo todo año tras año.

Una de las experiencias más tristes por la que tuve que pasar fue en el año 1996 cuando, debido a la lluvia, no pudimos realizar el acto penitencial por las calles de Ronda. Especialmente duro fue el tener que dirigirme a los nazarenos para comunicarles tan difícil decisión, dándome realmente cuenta de lo que significa para ellos esta Hermandad. A este hecho se le unía la gran ilusión que todos teníamos por mostrar a nuestra Titular la nueva Casa de Hermandad por la que tanto se había luchado, y que tuvo que esperar un año más.

Ya para despedirme, sólo quiero agradecerle a todas las personas, que de una o de otra manera me han ayudado, y que no voy a nombrar porque seguro que se me olvidará alguien y no es esa mi intención, les deseo la mayor de las suertes a mí sucesor, y aunque no haga falta decirlo, comunicarle que cuenta con todo mi apoyo. Sólo me cabe pedir a aquellos que me ayudaron, que lo sigan haciendo con toda la ilusión con la que me ayudaron a mí.

Gracias.

José Luis García Orozco
Fiscal desde 1989 hasta 1997

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