Año 1955, comienza mi vivencia como cofrade solo tenía cuatro años. Mi padre con satisfacción y alegría le dice a mi madre "Antonia, hazle al niño una túnica y una capita que quiero que salga el Viernes Santo". Mi madre muy preocupada le dice, "Miguel no crees que es muy pequeño, bueno para que no se canse mucho, lo retiras en el Monte de Piedad", dijo mi padre. Viernes Santo, 11 de la noche calle Lauría andando pausadamente por mi edad, con mucha ilusión y asustado me dirijo a la Iglesia de la Merced acompañado de otro chico llamado Miguel León, que por cierto falleció el año 1998. La foto es testigo de la incipiente pareja de Hermanos.
Pasaron los años, mi interés por la Hermandad se arraigaba cada día más: en mi casa se vivía mucho la Semana Santa, por motivos de la edad esas Semanas Santas iban siendo diferentes. Teniendo aproximadamente 14 años mi padre me comentó qué si quería pertenecer a la junta en la vocalía de filas, y le dije con alegría que sí, para ello me rodeo de amigos míos que me ayudan en todo; un Viernes Santo tuvimos problema a la hora de salir porque no se habían presentado los suficientes horquilleros y tuvimos que cortarnos los capirotes para amoldarlos a los cortos y nos pusimos todos en la parte de atrás del paso.
Tras el paso de los años llegamos a 1972, año desagradable en mi familia: mi padre decide dimitir como Mayordomo. Al año siguiente me llama Cristóbal González Conde, "Tobaliato" para comentarme si a mi me interesaba seguir la tradición de Mayordomo en la Hermandad, yo le dije que era muy joven y sin experiencia alguna, pero que si se rodeaba de algunos hermanos más, me tenía a su disposición para lo que quisiera. Se hizo cargo una junta Rectora dirigida por José María León Cordón.
Yo estuve un año aproximadamente con esta junta, y en el año 1974 me hice cargo como Mayordomo, ya que el cargo de Hermano Mayor lo tenía D. Femando González Gómez de las Cortinas.
En mi mandato tuve que cambiar varias veces de componentes de Junta y puedo recordar a personas que me ayudaron mucho como, José Manuel García de la Vega, Francisco y Roque Bullón Ramos, José María y Alfredo León Cordón, Juan y José del Pino Terroba Salvador Moreno Durán, Enrique Román García, Cristóbal González Naranjo, José María Tirado .... y algunos más que ahora mismo no recuerdo y que ruego me perdonen por no nombrarlos.
Los tiempos fueron difíciles porque la Hermandad económicamente estaba mal, pero por mi juventud y las ganas de hacerlo bien tuve que afrontarlos y empezar a trabajar por el bien de una Hermandad que yo pensaba que tenía que tener su sitio en nuestra Semana Santa Rondeña. Tuvimos que arreglar todo el interior del paso que estaba muy deteriorado: dorados, tulipas, molduras, hacer túnicas nuevas y capas y arreglo de faldones. Visitamos uno por uno todos los hermanos Horquilleros para facilitarle el carnet con el número y sitio que se le había designado.
Pasaron los años y como la Hermandad seguía teniendo falta de dinero pensamos en hacer Hermano Mayor Honorario ala Hermandad de Empleados de Caja de Ahorros de Ronda, "Sagrada Familia", cuyo Presidente era D. Juan Luis de la Rosa Moreno, que accedió gustosamente; una vez efectuado este nombramiento le hicimos llegar a D. Juan Luis la ilusión que teníamos de tener una casa Hermandad.
Un lunes, 8'30 de la mañana, lo recuerdo muy bien, me llama al despacho D. Juan Luis y me dice que una compañera llamada María de la Paz Gamero tenía una cochera en Castillo del Laurel que quería vender; yo entusiasmado tuve una reunión con la Junta de Gobierno para comunicarle que podíamos comprarla y que la Hermandad "Sagrada Familia" nos ayudaría a pagar, tuvimos que sacar un préstamo a bajo interés que nos dio la Caja de Ahorros de Ronda.
Esta cochera nos sirvió para guardar los enseres de la Hermandad que hasta este momento los teníamos repartidos en varios sitios, la junta siguió trabajando por el bien de la Hermandad y para cumplir el compromiso contraído por el préstamo.
Cada año que pasaba me costaba más mantenerme en el cargo, porque año tras año se quemaba uno más y las ideas se terminaban y me sentía cansado, y la Hermandad necesitaba un cambio, tanto de persona como de mentalidad, por lo tanto, tuve que presentar mi dimisión como Mayordomo el día 4 de Febrero de 1988 en cabildo ordinario con carácter irrevocable. Me mantuve en el cargo aproximadamente unos 14 años, mandé una carta a todos los hermanos y hay un párrafo que dice. "Han pasado 14 años desde que me hice cargo de la misma y desde este tiempo ha habido de todo, ratos buenos y malos, alegrías, problemas, pero todo presidido por mi cariño a nuestra Señora en la Soledad, pienso que es tiempo de relevo y de ahí mi dimisión: lo hago por el bien de la Hermandad, hago un llamamiento a todos los Hermanos para que, entre todos, continuemos en la hermosa tarea que nos propusimos el día que ingresamos en la Hermandad, y si saliera un nuevo Hermano Mayor contará con mi apoyo en lo que necesite". Como podéis figurar por estas letras mi sentimiento y mi corazón estaba dolido y triste.
En la Semana Santa del 198 8, la junta rectora, encabezada por Antonio Cabello, se hizo cargo de la misma en compañía de algunos hermanos que le ayudaron, la Hermandad económicamente estaba bien Gracias a Dios, aunque tengo que aclarar que seguíamos debiendo un préstamo por la cantidad aproximada de 478.000 ptas., que a mí no me preocupó ya que le dejaba el patrimonio de la cochera antes mencionada, que se valoró en 2.100.000 ptas., cantidad que hicieron efectiva al venderla y pagar el dicho préstamo, por lo tanto, como he dicho antes la Hermandad gozaba de muy buena salud económica.
Yo seguía ayudando en la venta de loterías y en lo que esa junta me pidiera. En el año 1992 el Hermano Mayor Antonio Cabello me preguntó que si quería pertenecer a la junta y accedí gustosamente, ya que mi persona seguía teniendo el gusanillo cofrade. Sigo vinculado a la Hermandad con el cargo de vicetesorero y Relaciones Públicas, siendo Hermano Mayor Manuel Gazaba Gil, persona que admiro y estimo y del que me considero un gran amigo; gracias a él y a la junta de Gobierno fui nombrado representante por la Hermandad en la Agrupación de Hermandades y Cofradías, y en enero de 1998 fui elegido Presidente por el voto unánime de dicha agrupación.
Si hay algo de lo que me siento orgulloso, aparte de mi mujer y mis hijos, y lo digo de corazón, es de haber pertenecido a esta Hermandad que quiero y seguiré queriendo con toda mi alma.
Pasaron los años, mi interés por la Hermandad se arraigaba cada día más: en mi casa se vivía mucho la Semana Santa, por motivos de la edad esas Semanas Santas iban siendo diferentes. Teniendo aproximadamente 14 años mi padre me comentó qué si quería pertenecer a la junta en la vocalía de filas, y le dije con alegría que sí, para ello me rodeo de amigos míos que me ayudan en todo; un Viernes Santo tuvimos problema a la hora de salir porque no se habían presentado los suficientes horquilleros y tuvimos que cortarnos los capirotes para amoldarlos a los cortos y nos pusimos todos en la parte de atrás del paso.
Tras el paso de los años llegamos a 1972, año desagradable en mi familia: mi padre decide dimitir como Mayordomo. Al año siguiente me llama Cristóbal González Conde, "Tobaliato" para comentarme si a mi me interesaba seguir la tradición de Mayordomo en la Hermandad, yo le dije que era muy joven y sin experiencia alguna, pero que si se rodeaba de algunos hermanos más, me tenía a su disposición para lo que quisiera. Se hizo cargo una junta Rectora dirigida por José María León Cordón.
Yo estuve un año aproximadamente con esta junta, y en el año 1974 me hice cargo como Mayordomo, ya que el cargo de Hermano Mayor lo tenía D. Femando González Gómez de las Cortinas.
En mi mandato tuve que cambiar varias veces de componentes de Junta y puedo recordar a personas que me ayudaron mucho como, José Manuel García de la Vega, Francisco y Roque Bullón Ramos, José María y Alfredo León Cordón, Juan y José del Pino Terroba Salvador Moreno Durán, Enrique Román García, Cristóbal González Naranjo, José María Tirado .... y algunos más que ahora mismo no recuerdo y que ruego me perdonen por no nombrarlos.
Los tiempos fueron difíciles porque la Hermandad económicamente estaba mal, pero por mi juventud y las ganas de hacerlo bien tuve que afrontarlos y empezar a trabajar por el bien de una Hermandad que yo pensaba que tenía que tener su sitio en nuestra Semana Santa Rondeña. Tuvimos que arreglar todo el interior del paso que estaba muy deteriorado: dorados, tulipas, molduras, hacer túnicas nuevas y capas y arreglo de faldones. Visitamos uno por uno todos los hermanos Horquilleros para facilitarle el carnet con el número y sitio que se le había designado.
Pasaron los años y como la Hermandad seguía teniendo falta de dinero pensamos en hacer Hermano Mayor Honorario ala Hermandad de Empleados de Caja de Ahorros de Ronda, "Sagrada Familia", cuyo Presidente era D. Juan Luis de la Rosa Moreno, que accedió gustosamente; una vez efectuado este nombramiento le hicimos llegar a D. Juan Luis la ilusión que teníamos de tener una casa Hermandad.
Un lunes, 8'30 de la mañana, lo recuerdo muy bien, me llama al despacho D. Juan Luis y me dice que una compañera llamada María de la Paz Gamero tenía una cochera en Castillo del Laurel que quería vender; yo entusiasmado tuve una reunión con la Junta de Gobierno para comunicarle que podíamos comprarla y que la Hermandad "Sagrada Familia" nos ayudaría a pagar, tuvimos que sacar un préstamo a bajo interés que nos dio la Caja de Ahorros de Ronda.
Esta cochera nos sirvió para guardar los enseres de la Hermandad que hasta este momento los teníamos repartidos en varios sitios, la junta siguió trabajando por el bien de la Hermandad y para cumplir el compromiso contraído por el préstamo.
Cada año que pasaba me costaba más mantenerme en el cargo, porque año tras año se quemaba uno más y las ideas se terminaban y me sentía cansado, y la Hermandad necesitaba un cambio, tanto de persona como de mentalidad, por lo tanto, tuve que presentar mi dimisión como Mayordomo el día 4 de Febrero de 1988 en cabildo ordinario con carácter irrevocable. Me mantuve en el cargo aproximadamente unos 14 años, mandé una carta a todos los hermanos y hay un párrafo que dice. "Han pasado 14 años desde que me hice cargo de la misma y desde este tiempo ha habido de todo, ratos buenos y malos, alegrías, problemas, pero todo presidido por mi cariño a nuestra Señora en la Soledad, pienso que es tiempo de relevo y de ahí mi dimisión: lo hago por el bien de la Hermandad, hago un llamamiento a todos los Hermanos para que, entre todos, continuemos en la hermosa tarea que nos propusimos el día que ingresamos en la Hermandad, y si saliera un nuevo Hermano Mayor contará con mi apoyo en lo que necesite". Como podéis figurar por estas letras mi sentimiento y mi corazón estaba dolido y triste.
En la Semana Santa del 198 8, la junta rectora, encabezada por Antonio Cabello, se hizo cargo de la misma en compañía de algunos hermanos que le ayudaron, la Hermandad económicamente estaba bien Gracias a Dios, aunque tengo que aclarar que seguíamos debiendo un préstamo por la cantidad aproximada de 478.000 ptas., que a mí no me preocupó ya que le dejaba el patrimonio de la cochera antes mencionada, que se valoró en 2.100.000 ptas., cantidad que hicieron efectiva al venderla y pagar el dicho préstamo, por lo tanto, como he dicho antes la Hermandad gozaba de muy buena salud económica.
Yo seguía ayudando en la venta de loterías y en lo que esa junta me pidiera. En el año 1992 el Hermano Mayor Antonio Cabello me preguntó que si quería pertenecer a la junta y accedí gustosamente, ya que mi persona seguía teniendo el gusanillo cofrade. Sigo vinculado a la Hermandad con el cargo de vicetesorero y Relaciones Públicas, siendo Hermano Mayor Manuel Gazaba Gil, persona que admiro y estimo y del que me considero un gran amigo; gracias a él y a la junta de Gobierno fui nombrado representante por la Hermandad en la Agrupación de Hermandades y Cofradías, y en enero de 1998 fui elegido Presidente por el voto unánime de dicha agrupación.
Si hay algo de lo que me siento orgulloso, aparte de mi mujer y mis hijos, y lo digo de corazón, es de haber pertenecido a esta Hermandad que quiero y seguiré queriendo con toda mi alma.
Antonio Palma Cabrera
MI SENTIMIENTO
Semana Santa de Ronda
que desde niño sentí;
hechizo encarnado en mí
como el sarmiento en la cepa:
cuando a mi ser ya no quepa
cantarte cual hago en vida,
porque mi vida, vencida,
esté próxima a expirar
te musitaré al marchar: "Semana Santa querida”.
Semana Santa de Ronda
que desde niño sentí;
hechizo encarnado en mí
como el sarmiento en la cepa:
cuando a mi ser ya no quepa
cantarte cual hago en vida,
porque mi vida, vencida,
esté próxima a expirar
te musitaré al marchar: "Semana Santa querida”.
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