domingo, 15 de octubre de 2023

Feliz día de Santa Teresa de Jesús




En la Cuaresma de 1554, cuando Teresa de Jesús tenía 39 años y llevaba 19 como religiosa, se produjo una fuerte conversión en su interior.
Ante la imagen de un Cristo llagado quedó conmovida. Lloró y le pidió fuerzas para no ofenderle. Desde ese momento, su oración mental tomó otro derrotero, con épocas de sequedad y etapas de visiones y estados sobrenaturales. De todas las experiencias místicas, una en particular le hace comprometerse a fondo en su respuesta a Dios: es la visión del infierno. A partir de ahí, puso su empeño en vivir con fidelidad la llamada a la vida religiosa y en reformar el Carmelo y fundar.
Para fundar una nueva orden, santa Teresa necesitaba permisos de la jerarquía y el camino no fue fácil.
Su confesor, el padre provincial y hasta el señor obispo unas veces favorecieron su misión pero otras le pusieron obstáculos.
Llegó un punto en que santa Teresa decidió encerrarse en su celda y rezar, abandonada en Dios. Por obediencia marchó a Toledo para acompañar a la viuda Luisa de La Cerda.
Doña Guiomar de Ulloa y el padre Ibáñez, mientras tanto, lograron la aprobación de Romapara llevar adelante el monasterio de San José de Ávila, que acabaría fundándose el 24 de agosto de 1562.
Santa Teresa de Jesús no pensaba, en principio, hacer más fundaciones, pero un día haciendo oración lloró al pensar en la necesidad de vocaciones para las misiones en América.
Entonces oyó que Dios le decía: “Espera un poco, hija, y verás grandes cosas”. No tardarían en llegar aprobaciones y vocaciones para los siguientes “palomarcitos”, como llamaría a los monasterios:
“Comenzando a poblarse estos palomarcitos de la Virgen nuestra Señora, comenzó la divina Majestad a mostrar sus grandezas en estas mujercitas flacas, aunque fuertes en los deseos y en el desasirse de todo lo creado”. Libro de las Fundaciones”, 4, 5
Era un convento en el que iba a vivirse la austeridad y la penitencia de una forma que contrastaba con La Encarnación. Santa Teresa experimentó en esa etapa una fuerte contradicción exterior por parte de la Iglesia de la zona. Se le acusaba de haber trabajado en paralelo y con malas artes. Llegó un punto en que la santa tuvo que abandonar la fundación, dejar allí a cuatro novicias y regresar al monasterio de La Encarnación. Esto se prolongó durante un año.
La vida de santa Teresa es una respuesta a Dios como religiosa que sorprendentemente exige mucha actividad: el gobierno de la orden, las nuevas fundaciones de conventos, la escritura…
Ante las dificultades, ella mostraba plena confianza en Dios y le importaba cumplir su voluntad.
Entre 1562 y 1582, el año de su muerte, fundó 17 conventos: Ávila, Medina del Campo, Malagón, Valladolid, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas de Segura, Sevilla, Caravaca de la Cruz, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria, Granada y Burgos. A ella se añade en algunas biografías el convento de Granada, que en realidad fue fundado por Ana de Jesús en vida de santa Teresa.
Santa Teresa no pudo fundar en Madrid, como habría sido su voluntad. Con san Juan de la Cruz fundó, en cambio, el primer convento del Carmelo masculino, en Duruelo (1567), cuando ella tenía 52 años y el santo 24.
Después de fundar en Burgos, al regresar a Ávila hizo parada en Medina del Campo, pero la Duquesa de Alba pidió que la visitara en Alba de Tormes.
Santa Teresa de Jesús estaba agotada y enferma, y murió allí, en brazos de Ana de San Bartolomé, la noche del 4 de octubre al 15 de octubre de 1582 (coincide con el cambio del calendario juliano al gregoriano).
A su muerte, no había publicado ningún libro. La mayoría de sus escritos (excepto cientos de cartas, varios poemas y anotaciones) eran fruto de la obediencia porque sus superiores le emplazaron a redactar lo que ya consideraban una vida singular y santa.
Ella misma explicó que le costaba encontrar momentos.
Sus obras más importantes son: “Vida de la Madre Teresa de Jesús”, “Camino de perfección”, “Las moradas del castillo interior” y “Fundaciones”.
Las dudas que había sobre ella hicieron que se le vigilara bajo el radar de la Inquisición, muy atenta a la herejía protestante que se extendía por Europa.
Para evitar el escándalo, su confesor le recomendó que se autocensurara y quemara el manuscrito “Meditaciones sobre El Cantar de los Cantares”, porque era una época en que no se permitía la difusión de las Sagradas Escrituras en romance. Así lo hizo aunque se conservaron algunas copias.
Tampoco quedaba cerrada la separación de la orden de los Carmelitas descalzos de los calzados. Para santa Teresa, era un trabajo del que no le correspondía ver la gloria en la tierra.
Santa Teresa fue beatificada por Pablo V en 1614, canonizada por Gregorio XV en 1622 y nombrada doctora de la Iglesia Universal por Pablo VI en 1970.
Sus restos mortales se veneran en Alba de Tormes aunque varios lugares disponen de reliquias, entre ellos Santiago de Compostela, Ávila, París, Roma y Ronda.


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